viernes, 29 de diciembre de 2023

AÑO 23

  José Luis Solano Rodríguez                 

Se nos marcha entre más de un silencio y algún que otro ruido. La vida en Arroyo se desarrolla sin sobresaltos. El número de habitantes no consigue aumentar, mueren más que nacen, emigran, con  edad joven y  formación,  demasiados. Los desempleados no son un alivio, ni el alza de precios. Hubo elecciones municipales, autonómicas y estatales, continuidad con alguna pequeña variante en número y personas, cambio autonómico, más revuelo en lo nacional, con tendencia al absolutismo según algunos. Las luces de Navidad iluminan la plaza, la ermita; un flash momentáneo, una variante lumínica que aportará una nota distintiva por unos días. Relativa calma  en este año veintitrés del siglo XXI.

     Ahora bien, si retrocedemos dos siglos atrás, a 1823, podemos comprobar que hubo más movimiento, desasosiego…. Era una población similar a la actual en número, con unos 1.400 vecinos cabezas de familia estimados (unos 5.600 habitantes), en aumento respecto a años anteriores. La inmensa mayoría dedicados al sector agrícola- ganadero; el industrial, dependiente del anterior, efímero. La acción del Conde-Duque de Benavente ya no se notaba. Los bienes de propio no daban lo suficiente para el gasto municipal de servicios mínimos; algunos (horno de pan en la Corredera, hornillo  de la calle homónima, parte del Corral Nuevo) estuvieron en manos de liberales –partidarios de su privatización- mientras les duró el gobierno municipal. El Ayuntamiento controlaba la vida del municipio en un plan proteccionista: abastos básicos (pan, vino, aguardiente, aceite, carne, pescado en cuaresma, jabón), pesos, medidas, moral, policía… Se preocupa de la enseñanza, la vigila,  “en los primeros rudimentos, qual corresponde a un pueblo civilizado”; tienen dos maestros, a los que consideran insuficientes para el volumen poblacional, con “pocos  sabiendo leer”, siendo “un perjuicio conocido a la civilización” reconocen,  destinan para ellos escasos haberes económicos, por debajo de lo estipulado, debiendo los padres de los alumnos  añadir un suplemento pormenorizado según sea la enseñanza recibida: leer, escribir y contar; leer y escribir: leer; deletreo y cartilla.

     La vida iba con pocas alteraciones, salvo en la parte política nacional y, como consecuencia de ella, en la municipal. España estaba dentro del periodo histórico conocido como Trienio Liberal o Constitucional (1820-1823).  Tiene un sistema político basado en el rey Fernando VII con  la Constitución de 1812; dos bandos se enfrentan: liberales o constitucionalistas y    realistas o absolutistas,  con sus ejércitos en liza, se mueven por el territorio nacional en una guerra civil, sobre todo en los dos últimos años.

      Arroyo no permanece ajeno. El año 1823 varía el gobierno municipal según las fuerzas de ocupación de la zona y la jefatura política provincial; lo empezó con los liberales, julio y agosto con los absolutistas, para volver los anteriores y terminar el año con los segundos, sin elecciones, por imposición, con multas para el que había ocupado el poder anteriormente, impuestas por el ejército  rival. Los ciudadanos a verlas venir, a pagar más contribuciones –en especie, que el metálico estaba imposible por la bajada de precios- para sostener a las tropas de paso en sus raciones de pan, vino, carnero, centeno, paja, incluidas las del héroe  de la Guerra de la Independencia Juan Martín Díez, el Empecinado, establecido en el Casar con fuerzas liberales; también tuvieron que recurrir a las armas con  fines defensivos o policiales en la localidad, ante los atropellos e insultos a autoridades y vecinos, incluido el cura ecónomo, constituyendo patrullas,    retén de vigilancia, posicionado para mayor seguridad, ante la falta de preparación y miedo de sus integrantes,  en el petril del tejado de la iglesia, intentando detener a los atacantes, hacer fuego, tocar las campanas avisando al vecindario para que acuda o se resguarde.  En la noche  circulaban  patrullas de ambos bandos cantando canciones insultantes y aporreando las puertas de los rivales. El gobierno municipal  intentó mediar con toques de queda, prohibiendo circular por las calles a partir de las diez de la noche y, sobre todo,  portar armas.

      El año termina. Se ha restaurado a Fernando VII en todo su poder, despótico, absoluto, reprimiendo liberales y suspendiendo sus principios. Abandonan  España  parte de las fuerzas internacionales –los Cien Mil Hijos de San Luis- que habían ayudado a restablecerlo. El gobierno local es de su signo, empieza a tomar medidas acordes con los nuevos tiempos  tras “los desacatos cometidos en él (al Santísimo Sacramento) y su santísima casa por los infames revolucionarios”…y para que “se celebre un aniversario por las victimas sacrificadas en defensa del altar y del trono”. Se acuerda bajar a la patrona el próximo domingo treinta de noviembre para “celebrar una solemne función el ocho de diciembre, otra el diez, y la festividad del Santísimo Sacramento el siete de ese mes”, haciendo   el Ayuntamiento un convite a la parte eclesiástica secular y regular. No se ordena hacer luminarias, ni se mencionan, no hay ánimos, sólo miseria tras otra guerra esa centuria –y vendrán más- en la localidad.

        El alumbrado festivo de ahora era, desde el tejado de la iglesia,  a su modo, para aviso de tropas que llegaban . Las bajadas de precios no se corresponden con las subidas actuales. La economía agrícola-ganadera casi no se da. El número de habitantes es similar al de entonces. …Cosas iguales, aspectos diferentes.  

viernes, 8 de septiembre de 2023

CARTEL FESTIVAL AL EMIGRANTE

 José Luis Solano Rodríguez 


Con la llegada de las primeras aguas preotoñales reverdece, de nuevo, el cartel anunciador del I Festival al Emigrante celebrado el ocho de septiembre de 1977 -cuarenta y seis años atrás- y lo hace para quedarse de forma permanente a disposición de los arroyanos y visitantes en la Oficina de Turismo de Arroyo de la Luz –local del pretendido Museo Local en aquellos tiempos, aún pendiente-, que menos es nada para la perdida mirada de un tiempo transcurrido; dulce recuerdo, soplo de vida, un vivir de esperanza en una deseada, creciente y abundante oferta cultural.

Salió en su día tarde, para el ocho de septiembre –que entonces era simplemente el día de la Virgen de Guadalupe, el de Extremadura habría que esperar oficialmente a 1985,

aunque ya se miraba para esa fecha- , casi tres semanas después de lo pretendido, por culpa de la burocracia-censura del postfranquismo vigente, habiéndose marchado ya muchos de los homenajeados, que no todos, y contando con los que venían para las ferias de septiembre, “señores” incluidos, como canta la copla. Fue el resultado de un grupo de jóvenes constituidos en la Asociación ProCasa de la Cultura, deseosos de elevar el nivel cultural de la localidad, de que hubiera locales para ello, de que aumentara la población para esa causa desarrollando y mostrando sus cualidades ocultas.

Ese cartel, evocación y homenaje al arroyano emigrado, como tantos extremeños, sobre un campo vacio, casi yermo, con colores de muerte, indiferencia y bajo un cielo de esperanza – de los que se hablaba sería la futura bandera extremeña, que, según cuentan ciertas lenguas, surgió por los de los equipos de futbol de Badajoz y Cáceres- , cruzado en su marcha por un paisano de escueto traje y con una maleta en la que porta su escaso “jato” en busca de un futuro mejor para su entorno. Diseñado por Eladio Suárez García, “Yayo”, para que, sobre plancha de cobre, se imprimiera a dos colores y anunciara el evento a celebrar en el campo de futbol de la localidad, como también lo haría en siguientes ediciones. Localizado entre mis enseres, me es grato donar este documento histórico para su exposición pública de forma permanente, esperando que la familia Suárez García pueda encontrar la plancha que sirvió de base a su imprimación, así como los bocetos previos a ella para que tengan el mismo fin público y cultural que se pretendió siempre.

Fue un esfuerzo arduo esa realización, como comenté en artículo anterior sobre el evento, pero ahí quedan las señales, luego tomadas por el Ayuntamiento, y una obra de arte para gozo y disfrute de todos.

10.2023 EL CRONISTA. "LA LUZ DEL DIVINO: DESCENSO AL LIMBO"

 Por Francisco Javier García Carrero
Cronista Oficial de Arroyo de la Luz

Nuestro penúltimo estudio del trabajo del profesor Toranzo y la Asociación Photones también se encuentra, como en el anterior, en nuestro retablo de la iglesia de Nuestra Señora de La Asunción. Es una magnífica tabla que nos traslada uno de los episodios del Evangelio que más se ha interpretado desde el punto de vista teológico, el del “Descenso al Limbo”, también referenciado como “Descenso a los infiernos”, aunque no sea exactamente lo mismo de manera literal, y teológicamente debamos discernirlo y aclararlo.

@Retablo Mayor Iglesia de la Asunción (Arroyo de la Luz)

La obra del Descenso al Limbo es uno de los trabajos más originales de nuestro Divino y, que sepamos, no volvió a elaborar en toda su carrera como pintor, a diferencia de lo que hemos visto para muchas de sus obras anteriormente comentadas que repitió en más de una ocasión. Por consiguiente, sería una tabla única. Con este trabajo Morales nos muestra la victoria redentora sobre la muerte y, por tanto, la salvación de la humanidad, o lo que es lo mismo, la búsqueda de las almas de los “justos” para acogerlos en su seno y llevarlos con Él hasta el cielo.

Que no es exactamente el infierno como ente global, sino una parte del mismo, concretamente el “limbo de los justos”, lo sabemos por los personajes que aparecen y que están a punto de ser redimidos y salvados. Además de Jesucristo, los dos personajes importantes del cuadro son Adán y Eva (de ahí el famoso desnudo), ambos se encontrarían en un territorio donde estaban todos aquellos que murieron antes de Jesucristo, espacio donde Jesús bajó después de muerto y resucitado para redimirlos de manera perenne y trasladarlos hasta el paraíso celestial.

Una vez más, Luis de Morales nos muestra en su obra unas complejas fuentes de inspiración. De nuevo, una simbiosis de reminiscencias italianizantes junto a influencias flamencas y germánicas en las que Durero se vuelve a hacer muy presente sobre todo en la disposición de las rocas de la caverna, y en la cabeza con barba poblada de Adán (Antonio García) que alarga con ansia su brazo al encuentro salvador de Jesucristo (Juan José Moreno).

@Antonio J. Pérez Toranzo

En cambio, la esbelta figura de Jesucristo ya resucitado en una postura muy inestable con ondulante ritmo y su paño flotante al viento junto con el bello rostro oval de una Eva más iluminado (María de la Luz Pastor), nos recuerdan a modelos italianos, y más concretamente de Domenico Beccafumi, uno de los artistas más destacados del primer manierismo en aquella península. Completan el cuadro otras dos almas resucitadas que sobre un fondo oscuro y tenebrista esperan su turno de salvación (Daniel Álvarez y Eduardo Santano).

La fuente literaria perfectamente conocida por el Divino nos muestra también su ligazón con círculos letrados y de influencia devocional de la iglesia cristiana oriental: “El Señor teniendo en sus manos las armas vencedoras de la cruz, se acerca a ellos (las almas del Limbo) y tomándolo (a Adán) por la mano, lo levanta diciéndole: despierta tú, que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz…”.

En resumen, una nueva obra muy compleja de trabajar para el profesor Antonio Pérez Toranzo. Los cinco actores (Juanjo Moreno, Daniel Álvarez, Eduardo Santano, María de la Luz Pastor y Antonio García) tuvieron que ser profundamente retocados en el ordenador, además de los añadidos de pelo y barba que se tuvieron que obtener de otros dos figurantes. Todo ello para lograr el objetivo final que la obra estuviese acorde con el original. Para la localización del “Limbo” se utilizaron los “restos” del conventual de San Francisco en la localidad, espacio donde, además, se realizaron las distintas sesiones fotográficas para completar este trabajo.

Para concluir, señalar que desde 2007 la iglesia católica y el papa Benedicto XVI eliminó la enseñanza del Limbo en los catecismos ya que lo consideraba como una posición excesivamente limitada de la salvación eterna y no parecía coherente con la idea de la indulgencia perenne de Dios.

NOTA: Mi más cordial enhorabuena al profesor Toranzo por su magnífico proyecto hecho realidad y tan merecedor de esa Medalla de Arroyo. De la misma forma, mi enhorabuena a la Asociación Photones y a todos sus integrantes por su grandiosa colaboración en este trabajo. Para mí ha sido un auténtico honor participar con un cuadro en esta recreación de la obra de Morales y poder realizar todos los comentarios de las distintas obras. Aquí quedarán también para la historia del blog Paisajes y Fiestas.

Aquí tenéis una pequeña muestra de fotos de @APyF con el Making of (cómo se hizo):





















jueves, 24 de agosto de 2023

09.2023 EL CRONISTA. "LA LUZ DEL DIVINO: SANTO ENTIERRO"

 Por Francisco Javier García Carrero
Cronista Oficial de Arroyo de la Luz

Seguimos avanzando en el estudio del trabajo del profesor Toranzo y la Asociación Photones. En los anteriores análisis detallamos cómo bajaron de la cruz a Jesús (Descendimiento) y cómo fue abrazado por su Madre una vez que fue separado del madero (Piedad). Debemos aclarar que los cuerpos de los crucificados en aquella época no solían enterrarse. Generalmente pasaban cuatro o cinco días colgados del madero como escarmiento por sus culpas, una situación que no se vivió con Jesucristo que teológicamente tenía que ser enterrado para luego poder resucitar.

Este nuevo trabajo del Divino, y que se puede admirar en nuestro retablo de la iglesia de La Asunción, recoge el momento exacto en el que el cuerpo inerte de Jesucristo está siendo depositado en el Santo Sepulcro. Cronológicamente el hecho se sitúa para los católicos el Viernes Santo, o lo que es lo mismo, en los instantes posteriores al Descendimiento, de ahí que los personajes que aparecen en el cuadro, con una única excepción tal y como veremos posteriormente, son los mismos que ya señalamos en aquel análisis.

@Retablo Mayor de Ntra. Sra. de la Asunción 
Arroyo de la Luz

El Santo Entierro del Señor fue un tema muy popular desde finales de la Edad Media y durante buena parte de la modernidad. Siempre suele transmitir una gran espiritualidad y una forma piadosa e íntima de tratar el asunto por todos los artistas que se acercaron a este pasaje de los Evangelios. Generalmente, como sucede una vez más en el cuadro analizado, todos los personajes presentan una intensa vida interior en el que la melancolía y el “llanto en silencio” por lo que está sucediendo es lo fundamental de todas estas obras.

Efectivamente, la narración didáctica del episodio del Santo Entierro se transforma en una profunda meditación interior para alcanzar un diálogo con el espectador, generalmente analfabeto, con el que logra una interacción devocional. Una vez más, el Divino nos conmueve por la ternura de los personajes, nos despertará las emociones más profundas por la serenidad y la resignación que los seis personajes que acompañan a Cristo, ya cadáver, nos muestran, y lo que ello supone como redención perpetua del género humano. Es decir, una vez más lo contemplativo se une a lo meditativo para lograr una simbiosis que irá más allá de la pura función pedagógica del arte.

Desde el punto de vista artístico, el Divino Morales nos presenta una composición manierista donde la influencia de Durero es más que evidente. En la obra tenemos a tres personajes centrales, y otros cuatro que acompañan la escena en diversas posturas, tres más alejados y otro más próximo al espectador. Los santos Varones, José de Arimatea (Antonio J. Pérez) que sostiene a Cristo por la parte superior del cuerpo, es ayudado por Nicodemo (Francisco Javier García) que lo toma por los pies y entre ambos están depositando al Señor (Javier Carrero) en el Santo Sepulcro. María Magdalena (Juan Cid), que en otras ocasiones besa los pies de Jesucristo, en este caso besa amorosamente su mano inerte. Completan la escena en la parte superior una Dolorosa (María Jesús Rosado) con un semblante mucho más sereno que el que el artista nos mostraba en el Descendimiento. Junto a ella, otra de las santas Mujeres, María de Cleofás (María Leal), y el apóstol San Juan enjuagándose sus lágrimas (Manuel Montero).

@Antonio Jesús Pérez Toranzo

En resumen, otra compleja composición con siete personajes, uno menos que en el cuadro del Descendimiento, son los mismos nombres que en este último, con la excepción de la plañidera que allí aparecía y aquí desaparece (Carol Higüero). El profesor Antonio Pérez Toranzo consigue mostrarnos un buen efecto visual a base de grupos de modelos con varias fotografías diferenciadas y que supuso, una vez más, ordenar y ensamblar un complejo puzle de edición.

Alguno de ellos, como es la figura de Jesucristo con una postura casi imposible; se vuelve a recuperar en el apenado San Juan el rizado pelo de su hijo. También fue trabajoso incorporar los postizos del cabello alargado en extensiones de María Magdalena y sin olvidarnos del cambio de color que tuvo que realizar en los ropajes de José de Arimatea y de Nicodemo. No obstante, el resultado final ha sido un magnífico trabajo en el que nuevamente la paleta cromática del Divino se ve interpretada de manera magnífica.

Para concluir, decir que este cuadro sirvió de práctica en las oposiciones de Secundaria de no hace tantos años. Aquel día casi un millar de opositores se encontraron con un Santo Entierro de Morales ubicado en la iglesia de la Asunción de Arroyo de la Luz. No todos supieron reconocer ni situar la obra en aquel instante, pero que, una vez concluido el proceso de oposición, todos lo buscaron y ya nunca lo olvidarían, así también se hace “patria chica”.  

Aquí tenéis una pequeña muestra de fotos de @APyF con el Making of (cómo se hizo):























domingo, 13 de agosto de 2023

08.2023 EL CRONISTA. "LA LUZ DEL DIVINO: LA PIEDAD Y LA DOLOROSA"

 Por Francisco Javier García Carrero
Cronista Oficial de Arroyo de la Luz

Nos vamos acercando a la fase final del trabajo elaborado por el profesor Antonio Jesús Pérez Toranzo y la Asociación Photones. En este caso, y consumada la tragedia con el fallecimiento y bajada de la cruz de Jesucristo, tal y como vimos en el comentario anterior publicado en el blog de Paisajes y Fiestas, analizaremos dos obras íntimamente relacionadas con la Pasión y muerte de Cristo y que el Divino trabajó una y otra vez, La Piedad y la Virgen de los Dolores.

En ambos casos la función pedagógica del arte se ve incrementado por el interés que el autor de los cuadros pondrá en lo contemplativo, meditativo y devocional. Con estas obras Morales nos narra visualmente una nueva experiencia religiosa que combina a la perfección el dolor interior de una Madre y el deterioro físico del Hijo. Y es que La Piedad junto a La Dolorosa fueron dos de los temas predilectos de Luis de Morales ya que supo plasmar como nadie el sufrimiento de Cristo y el dolor de la Virgen cuando recogió entre sus brazos al cuerpo muerto de Jesús.

La Piedad (@Museo de Bellas Artes de Bilbao


La dolorosa (@Museo Nacional del Prado)

Entre las múltiples versiones que existen sobre La Piedad, el profesor Toranzo ha elegido la que actualmente se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, un óleo sobre tabla de nogal de 72 x 50 cm y que fue realizado en el año 1568. Cuando Morales realizó esta obra ya había concluido otras versiones como por ejemplo la que tenemos en la catedral de Badajoz que está fechada entre 1553 y 1554. A pesar de estar narrando el mismo episodio evangélico, el maestro trata de introducir ciertas variantes en la disposición de las figuras siempre reducidas a la Madre y el Hijo, liberándolas casi totalmente de marcos ambientales, arquitectónicos o paisajísticos.

Sobre un fondo oscuro, sobre el que sólo se recorta el brazo vertical de la cruz del Calvario, se desarrolla esta Quinta Angustia de esquema zigzagueante en el que Cristo está reposando en el regazo materno. Modelo de Virgen de blanca toca y manto verdeazulado, un repertorio muy común en lo moraliano. Cristo, en cambio, presenta un rostro fino, barba rala y cabeza profundamente lacerada. El madero vertical sobre el que se apoyan las figuras subraya el eje de la composición e identifica, a su vez, el Calvario, la cruz de la que acaban de descender a Jesucristo. La intensidad dramática queda resaltada por las expresiones faciales y el “juego de contrarios” de rostro y ojos de Madre e Hijo, patéticos por la descripción física de los ciegos y en blanco de Cristo (Juanjo Moreno) y los activos y llenos de emoción de María (Ana Parra).

@Antonio Jesús Pérez Toranzo

En cuanto a la Mater Dolorosa (María de la Luz Cabezas), otro óleo sobre tabla pintado entre 1560 y 1570 y perteneciente a la colección del Museo del Prado, nos muestra la Virgen en soledad, de más de medio cuerpo frontal con la cabeza ligeramente vuelta y las manos entrelazadas ante el pecho. Una obra de inspiración tizianesca y análogas a las que tenemos en la catedral de Toledo, y especialmente a la magnífica que se puede visionar en el Museo del Hermitage de San Petersburgo.

@Antonio Jesús Pérez Toranzo

Las variantes entre estas Dolorosas son mínimas, aunque todas nos demuestran la creatividad del maestro, siempre de factura soberbia que transmiten el drama con gran elegancia. El mismo tipo de rostro con el mentón muy alargado, ojos verdiales de los que están a punto de brotar un par de lágrimas, realizados con finos arrastres de color cristalino. En esta cara el pintor quiere concentrar todo el dolor de una Madre ante el drama de la muerte de su Hijo en la cruz. O lo que es lo mismo, un intencionado propósito de contagiar sentimientos de devoción y patetismo al espectador de la obra.

En resumen, en cuanto a La Piedad, el profesor Pérez Toranzo realizó un trabajo digital para cambiar los tonos de las telas azuladas y el pintado sobre ella de los pliegues con la finalidad de aproximarse a los originales. También trabajó digitalmente el cuello de la Virgen y estrechando sus hombros para lograr un parecido exacto al original. De la misma forma, tuvo que esforzarse en la digitalización de las púas de la corona de espina que aparecen sobre el rostro del Señor. Una calidad expresiva que logran magníficamente el matrimonio que sirvió de modelo para esta obra (Juanjo y Ana). Y respecto a la Virgen de los Dolores, el profesor Toranzo disfrutó en el procesado de esta obra por el parecido de la modelo y su alta calidad expresiva ya que Mari Luz logra a la perfección el rostro compungido de la Madre de Dios y es fiel completamente a lo que nos quiso mostrar el Divino en su magnífica obra.

Aquí tenéis una pequeña muestra de fotos de @APyF con el Making of (cómo se hizo):